Los pulmones son la frontera que separa nuestro mundo interior del mundo exterior. Su energía define los límites y protege los perímetros. Defiende el organismo de las agresiones de agentes patógenos, evitando que la enfermedad se instale en nuestro cuerpo. Una energía pulmonar bien tonificada nos dará sensación de fortaleza y resistencia frente a las adversidades.
Los pulmones se relacionan con el instinto de supervivencia asociado a los reflejos neurovegetativos. Si su energía funciona correctamente captaremos de una manera instintiva y espontánea situaciones de “peligro” y sabremos reaccionar debidamente.
Si la energía está equilibrada nos dará un gran sentido del deber y de justicia; capacidad de comunicación en todos las aspectos; nos ayudará a ser más lógicos y realistas.
En caso de desequilibrio nos hace vulnerables, faltos de protección y de instinto de supervivencia; deseo de abandono, aflicción, melancolía, introversión.
La emoción relacionada con los pulmones es la tristeza. Cuando la tristeza se adueña de nosotros tendemos a protegernos y a aislarnos en exceso, llegando a paralizar nuestras propias emociones para que no nos hagan daño. Las fronteras energéticas que nos comunican con el exterior quedan cerradas y los órganos vitales se ven forzados a ralentizar sus actividades básicas. Esto hace que el flujo de energía se detenga, debilitando y marchitando el cuerpo.
Para recuperar el equilibrio de los pulmones realizaremos ejercicios que abran de nuevo las fronteras y estimulen la función defensiva, permitiendo la entrada de energías renovadas y la salida de las energías turbias estancadas. El Qi puro captado nutrirá la sangre y en poco tiempo regresará la vitalidad y también la alegría.
También armonizaremos su energía haciendo trabajar el olfato, captando los distintos olores que nos rodean: perfumes, especias, etc. Conversando, recitando. Haciendo ejercicios de lógica, matemáticas, crucigramas. Poniendo en orden nuestra casa, nuestra vida.
Para recuperar el equilibrio de los pulmones realizaremos ejercicios que abran de nuevo las fronteras y estimulen la función defensiva, permitiendo la entrada de energías renovadas y la salida de las energías turbias estancadas. El Qi puro captado nutrirá la sangre y en poco tiempo regresará la vitalidad y también la alegría.
También armonizaremos su energía haciendo trabajar el olfato, captando los distintos olores que nos rodean: perfumes, especias, etc. Conversando, recitando. Haciendo ejercicios de lógica, matemáticas, crucigramas. Poniendo en orden nuestra casa, nuestra vida.